España, el fogón como atractivo turístico
España es un país con una gastronomía prodigiosa. Pero también un destino que utiliza sus fogones para atrapar visitantes.
La cocina, sin dudas es un atractivo de la nación que en 2017 recibió 82 millones de visitantes extranjeros.
Sus expertos estiman que casi 15 millones (alrededor del 20%) de esos visitantes llegaron atraídos por sus mesas, con platos emblemáticos como la paella.
Este elemento representó para la economía un ingreso estimado en 60,300 millones de euros.
Cualquier destino pudiera considerarse satisfecho con esas cifras, pero España no. Ahora puso en marcha sus primeras rutas centradas en el turismo gastronómico para 2019 denominadas Saborea España.
Para seleccionar las rutas no solo se tuvo en cuenta el sabor. Elementos importantes en la designación son la existencia de un enfoque sostenible en la producción y la salud.
En este último aspecto un valor de importancia es la forma de asumir la llamada dieta mediterránea, como parte de un estilo de vida saludable… y sabroso.
Otro aspecto valorado es la forma en que se realiza todo el proceso. Ello incluye desde como se llevan los alimentos hasta el plato hasta el respeto del medio ambiente.
¿Y quién está capacitado para identificar esos valores?
Pues para España es fácil: cientos de cocineros, entre ellos 110 con estrellas Michelin, agrupados en la comunidad Euro-Toques. Esta última cifra significa casi la mitad de la estrellas Michelín del país.
Otros participantes fueron la Federación Española de Hostelería, la Asociación Española de Destinos para la Promoción de Turismo Gastronómico, la Federación de Asociaciones de Cocineros y Reposteros de España y Paradores de Turismo.
Las primeras rutas seleccionadas se establecieron Valladolid, Valencia, Sevilla, Lanzarote, Gran Canaria, Dénia (Alicante), Cambrils (Tarragona) y Vinarós (Castellón).
La idea – con apoyo de la Secretaría de Estado de Turismo- pretende no solo dejar que el turista se chupe los dedos. Un objetivo es que mediante la cocina, el visitante conozca a historia, cultura, naturaleza y localidad.
Rutas de Saborea España:
Valladolid (Castilla y León)
Cocina tradicional y al mismo tiempo innovadora. Su plato estrella: el lechazo (asado de cordero sin destetar). También la ciudad es considerada La Capital de la Tapa, ese platillo miniatura español. Por si fuera poco sus vinos tienen 5 denominaciones de origen: Rueda, Ribera del Duero, Cigales, Toro y Vinos de la Tierra de León.
Valencia (Comunidad Valenciana)
Apropiado para degustar productos del Mediterráneo, la huerta y -por supuesto- la paella con todos sus atributos. Más de 40 variedades de arroces, guisos y platos marineros como el fideuà y la salazón de pescado. Los postres de herencia árabe, bebidas como la horchata y vinos de denominación de origen completan esta mesa.
Dénia (Alicante)
Gastronomía de fusión mediterránea en la cual sus protagonistas son la gamba roja y el arroz a banda (con pescado). La gamba roja local resalta por su sabor intenso que es considerada por muchos la mejor del mundo. Los locales la cocinan en agua de mar o a la plancha.
Sevilla (Andalucía)
Su gastronomía es una explosión de sabores de Oriente y Occidente, como corresponde a sus asentamientos romanos, judíos, musulmanes y cristianos. Además de las tapas -algunos piensan que se vive alrededor de las mesas- , la tradición incluye carne de toro, arroz y platos con abundante aceite y la naranja.
Lanzarote (Islas Canarias)
También aquí, como corresponde a las islas, el mar, los pescados y los mariscos reinan en la mesas junto a papas o batatas de jable (cultivadas en terreno arenoso), ganado y quesos. Un vino blanco singular se extrae de su uva Malvasía Volcánica, que crece en las orillas y laderas de los volcanes.
Gran Canaria (Islas Canarias)
La sama (pargo de canarias), el mero, el cochino negro canario (raza porcina autóctona) son atracciones de su gastronomía. Un elemento singular es el queso Flor de Guía obtenido de leche de la rústica oveja canaria. El aguacate de Mogán, las fresas de Valsequillo, las naranjas de Telde o las piñas y cebollas de Gáldar son otros productos peculiares.
Cambrils (Cataluña)
Municipio de la Costa Daurada al sudoeste de Barcelona que mezcla en su cocina los productos de mar con los de su producción agrícola. Galeras (crustáceo del Mediterráneo), alcachofas, calamar o el aceite de oliva arbequina (virgen extra de sabor dulce) son productos valorados junto a la salsa romesco (típica de Cataluña) y los fideos rossos.
Vinaròs (Comunidad Valenciana)
Aquí la tradición marinera rinde culto al langostino, mientras la tierra aporta las hortalizas y verduras para acompañar arroces, pescados y mariscos. El langostino de Vinaròs reina en sus 25 playas calas cercanas a una localidad reconocida como capital gastronómica de la Costa del Azahar, bañada por el Mar Balear.
Trujillo (Extremadura)
Esta ruta resalta una cocina sencilla para degustar el cerdo, el cordero, el cabrito, el pavo, el pollo de campo, las gallinas el conejo y la liebre. Los expertos resaltan en particular el uso del ajo, la cebolla, el perejil, el laurel, el romero, el tomate y el aceite de oliva
Logroño (La Rioja)
Primera Capital Española de la Gastronomía con restaurantes de renombre y popularidad de sus pinchos. Las mesas de la capital riojana tienen un invitado perenne: su vinos con Denominación de Origen. Por siglos ha sido un lugar particularmente vinculado con los peregrinos del Camino de Santiago.
Wellness Destiny / Foto: paella EstudioWebDoce (Pixabay)