Bienestar

Peligro: La Covid-19 amenaza la dieta de los adolescentes

Entre los elementos de bienestar que han perdido los adolescentes a causa de la larga pandemia de Covid-19 están las dietas saludables.

Hoy más que nunca esos innovadores humanos que ya entran en la edad adulta podrían heredar para siempre de la epidemia sus dietas diarias desordenadas

Los chicos en todas partes en el mundo han estado en confinamiento y como todos cuecen habas echan a un lado la disciplina normal incluso la de la mesa.

Tradiciones pérdidas de la buena mesa

Psicólogos coinciden en que las viejas buenas rutinas de antes de la pandemia -todas en realidad no eran buenas- quedaron olvidadas y sobrevivieron las malas.

«El vínculo familiar de calidad pronto se convirtió en niños y adolescentes locos con mucho tiempo en sus manos», según un estudio hecho en Estados Unidos y publicado en Europa.

El descubrimiento principal es que los chicos escogieron el camino más breve para despreocuparse por la alimentación: comer en exceso y comer de forma desordenada.

Peligro; Los adolescentes o comen mucho o se nutren poco

Los dietistas dedicados a los jóvenes creen que estos estilos de vida son simplemente peligrosos para la salud física y la mental. La desnutrición y el exceso de peso o ambas variantes se tornan comunes y para toda la vida.

El lector que tenga adolescentes en casa reconocerá que el registro de los refrigeradores por ellos es muy frecuente y sin planes definidos pero sí con claras preferencias.. Y buscan lo que les venga al gusto.

Incluso a esa edad un buen gusto es engañoso en cuanto a valores nutricionales como casi todos sabemos, incluso los adultos.

Indisciplinas de difícil olvido

¿Mucha comida o poco nutritiva?

La indisciplina del confinamiento en lugar de fortalecer la supervisión adulta, se ha descubierto, no solo la ha disminuido sino que se ha relajado hasta niveles muy bajos.

En una casa en la que todo el mundo trabaja en horas laborales en sus rincones predilectos caseros en lugar de hacer el sano camino al trabajo, crea gente ocupada en sí mismas.

Puede que los niños y adolescentes hayan tenido a lo largo de la pandemia clases virtuales. Sin embargo, un maestro lejano no intimida en el también sano  hábito de mostrar lo que es bueno y lo que no lo es.

Los abuelos, esa valiosa parte de la familia, se han convertido en el primer frente hogareño pero sus instrumentos principales son dudosos cuando tienen que mostrar firmeza.  Muchos son sumamente susceptibles en el departamento de complacer a los nietos y les basta con verlos tranquilos y sonrientes.

El estudio consultado llama la atención sobre otra consecuencia de la pandemia. Los ingresos de muchas familias se han reducido. Y la respuesta a esta situación es a menudo buscar alimentos más baratos…y cambiar por ende gustos más costosos.

Alimentos caros y escasos

Tampoco puede descartarse la escasez de los comestibles que siempre es más presionante sobre los alimentos más populares.

El «facilismo» o la necesidad hacen más rápido y más aceptable para el bolsillo productos de consumo rápido y de menos cifras.

Los estudiosos aseguran que el conjunto de problemas vinculados al excesivo confinamiento y alimentos «sabrosos» pero bajos de proteínas, cuando se mezclan hacen “explosivos” uno de ellos el aumento de peso.

Ello trae acompañado la necesidad de dietas hechas muchas veces sin consejo dietético sino a la voluntad del consumidor.

Estos parecen problemas controlables y ciertamente mucho menos riesgosos que el desempleo y hasta la desnutrición por el mundo como secuela de la Covid-19.

Pero un buen combate contra el maldito coronavirus no puede olvidar a ninguna de las vicisitudes de la familia común.

Wellness Destiny Fotos Pixabay

Frank Martin

Periodista internacional y Editor