Hotel-cueva, regreso a las cavernas… con tecnología
Y ahora resulta que los hombres de las cavernas no estaban tan equivocados: investigadores españoles afirman que un hotel-cueva puede resultar agradable y beneficioso para el medio ambiente.
Por ello, la Universidad de Alicante anunció que comenzó la primera fase de ejecución de un hotel-cueva sostenible.
Según el reporte el proyecto aprovecha tradición y tecnología, garantiza eficiencia energética, soluciones urbanísticas sostenibles y la integración con el entorno
En el diseño del nuevo hotel en Granada participaron expertos de las universidades de Alicante, Granada, Milán, Nueva York, La Habana y Bogotá
El denominado hotel-cueva “La Herradura” integra 72 viviendas-cueva para uso turístico en el Altiplano de Granada, en la localidad de Huéscar.
En esa zona las casa-cueva constituyen un patrimonio histórico visitado a menudo por turistas.
En algunas convertidas en suites se puede incluso pernoctar como es el caso de XUQ Grupo de Alojamiento Turístico, Jorquera.
Otros hoteles-cueva en funcionamiento son el Domus Civita (Italia), Cueva Kokopelli, en Nuevo México, Hotel Boutique Alexander (Grecia), Casas Cuevas de Cazorla (España), Yunak Evleri (Turquía)…
Pero con la iniciativa de la Universidad de Alicante los viajeros tendrán acceso a un hotel con todos los atributos actuales de una instalación de este tipo.
Con materiales autóctonos
Entre las ventajas los diseñadores apuntan la emisión de bajas emisiones dañinas para el medio ambiente.
Se aprovecha particularmente la eficiencia energética propia de la vivienda-cueva, complementada con nuevas tecnologías.
El director del Grupo Aedificatio, el profesor del Departamento Edificación y Urbanismo de la Universidad de Alicante, Antonio Jiménez explica algunas características:
“La vivienda-cueva es una tipología que ofrece un gran aislamiento térmico favorecido por el propio terreno. De hecho, la temperatura en el interior oscila entre los 17 y 24 grados de manera que se necesita muy poquita energía para mantener un ambiente confortable”.
El proyecto contempla soluciones para la construcción eficiente de los llamados cuartos húmedos (cocina y baños) que se añaden a la cueva original.
Se trata de construcciones hechas con adobe y tapial (tierra) que permite conservar el aislamiento.
En términos generales el proyecto utiliza materiales autóctonos y tradicionales como el adobe, yeso, cal o el esparto.
Cuevas con técnología moderna
Sus promotores indican que con ello se logra que el coste energético en la fabricación y transporte sea casi nulo.
Sin embargo no todo será como en la época de las cavernas. Hay sensores para medir calidad del aire, temperatura, humedad y movimiento.
Quienes temen vivir la experiencia deben saber que los sensores también vigilarán cualquier posible colapso estructural.
“El eje de este espacio turístico es revitalizar el espacio de viviendas- cueva desde una dimensión interdisciplinar y con propuestas de equipos internacionales con la premisa de recuperar materiales y soluciones constructivas tradicionales que combinan con propuestas contemporáneas”, explica Jiménez.
La propuesta se nutrió de ideas para el diseño además de un centenar de historiadores, sociólogos, arquitectos, ingenieros y artistas.
El concepto es salvaguardar la arquitectura vernácula e incluir diseños contemporáneos.
La construcción es resultado de un trabajo iniciado en 2014 por el Grupo Investigación Aedificatio de la Universidad de Alicante, el Ayuntamiento de Huéscar y el Grupo de Desarrollo Rural del Altiplano de Granada.
Esta idea fue respaldada posteriormente por el Fórum UNESCO, Universidad y Patrimonio.
Wellness Destiny / Imagen de Kayo Datuon (Pixabay)