Turistas desnudandose a la vida
En Londres en pleno y popular barrio de Soho un «pub» o cantina acaba de recibir el peculiar permiso de las autoridades para admitir nudistas, integrantes de una modalidad turística que crece.
El Coach & Horses recibió su licencia nudista sin aspavientos.
Decidió usar la autorización de manera correcta, dando a sus clientes y a sus camareros la oportunidad de despojarse de todas sus ropas.
Alastair Choat, dueño del lugar, aseguró a la prensa que el asunto «no es tan raro como parece»
«Para ser honesto contigo, cuando haces estas cosas, después de 10, 15, 20 minutos, nadie se da cuenta», dijo Choat al programa CNN Travel.
En términos también de modestia Londres con esta licencia ni siquiera se acercará a París ni Gran Bretaña a Francia.
Francia es ya para los turistas el primer destino mundial de nudismo con 2,6 millones de personas.
La cifra casi se va de control en verano cuando suele crecer a cuatro millones según datos de la Asociación de Nudistas de París (ANP).
No obstante, los franceses deben apurarse en ese sentido porque no solo Londres, sino Berlín, Múnich y Estocolmo le pisan los talones.
El nudismo ¿Es de bienestar o infernal?
ha reportado realmente quejas porque París celebre la «Jornada Parisina de Nudismo» con decenas de miles de asistentes vestidos como vinieron al mundo.
Los detractores del nudismo en todo el mundo recurren a palabras como «morbo», «desconcierto· e «inmoralidad” para ello.
Quienes lo defienden citan una frase interesante y más benevolente.
Un propósito del nudismo es promover la salud del cuerpo y de la mente.
Otros, como en el mundo hispano, lo aceptan vinculándolo al concepto «naturismo» alegando que quitarse la ropa es un gesto en favor de la ecología y la descontaminación ambiental.
Otros se quejan de cuerpos que no deberían exhibirse. Difíciles de mirar
Los que así actúan aseguran que no pretenden exhibir un buen cuerpo sino mantenerse en un bienestar físico acorde con la naturaleza.
“Para gustos se han hecho los colores”
Mientras los conservadores discuten con los liberales el asunto, la industria turística sube las apuestas por esa modalidad de la cual puede también decirse que combate el calor y hasta el cambio climático.
De cualquier manera, los «conservadores» afirman que digan lo que digan los nudistas, la falta de tela despierta «las más bajas emociones» y rompe «el comportamiento recto» por igual de hombres y mujeres.
Ante tales «ofensas» el nudismo interpone su lógica.
La idea básica es ponerse como se vino al mundo, o sea de manera natural.
Recuerdan que los humanos anduvieron desnudos por siglos antes de vestirse simplemente por recato.
Otro argumento es mucho más moderno.
Los ofendidos por el nudismo se enojan cuando lo ven en una playa o en un espacio turístico que siempre están limitados por las autoridades.
Pero se sienten cómodos cuando desnudos mucho más coloridos y comprometidos se exponen en el cine y en numerosos espectáculos «mundanos».
Y lo admiran hasta las lágrimas cuando lo ven en estatuas griegas y romanas muy antiguas.
